Voy a matar a mi librero...

Como algunos de mis amigos saben, tiendo a quejarme amargamente sobre el modo en que trata los juegos de rol la tienda física a la que suelo recurrir -tonto de mí- cuando quiero toquetear y ver lo que compro.

La razón de éste maltrato explicito puede entre verse con una breve visita al local. Cientos de juegos de mesa, cartas, miniaturas y poco rol. Muy poco. Pero rol al fin y al cabo.

Ésta misma tienda, objeto de mis iras, fue en su día referente en la zona en la que vivo en lo que a juegos de rol se refiere, tanto que, con tan solo 13 añitos, me acerqué a sus puertas para hacerme con un "Señor de los anillos" mientras que un colega adquiría el Runequest. Que años...

El caso es que hace tan sólo unos meses ya tuve una historia en la que formaban pernicioso triángulo el nuevo "Aquelarre", el "Cthulhutech" y ésta tienda... pero ésa es otra historia para no dormir que daría para 300 páginas sobre el poco -minúsculo- interés de algunas tiendas por vender producto. ¿Estarán subvencionadas? Sabe Dios... 

Como todas ya sabéis, éste viernes llegaba a las tiendas el flamante "El anillo único", uno de los lanzamientos más esperados del año, a mi parecer. Bloggeros de pro de la talla de Jon Nieve y Crom nos enseñaban sus adquisiciones (malditos seáis) con mucho bombo y platillo. Lo dicho, un superventas y uno de los productos con más solera de toda la temporada. 

Pues nada, sábado 22 a la mañana, cojo el casco, la chupa, 50 euros y la moto y me dirijo con una estúpida sonrisa en la boca hasta mi -endemoniada- tienda habitual. Cruzo la puerta mirando los stands de la entrada, la ausencia del susodicho libro (a la sazón caja) me mosquea. Los tenderos se hayan en una mesa, de espaldas a la puerta, pintando miniaturas de Warhammer 40k. Carraspeo, me pregunta que quiero, y yo -inocente de mí- les pregunto si tienen "El anillo único", de Devir. Con un gesto de suficiencia el tendero me contesta que todavía no ha salido (#facepalm), a lo que contesto que sí, que he visto fotos muy convincentes sobre que está en las tiendas. Por toda contestación, el tendero -me niego a llamarle de otra forma- empieza a contarme una sarta de sandeces sobre que a lo mejor ha sido distribuido a algunas tiendas afines a Devir, pero no ha llegado a su distribuidora. Que espere un momento que lo mira en la página web de la misma.

Un click (un solo y jodido click) y pone cara desencajada... -"Ah, pues si que está, ha sido fallo de la distribuidora que no nos ha avisado..."

FALLO DE LA DISTRIBUIDORA, POR NO HABERLE AVISADO???? WTF!!!!!!!

Educadamente le comento que pasaré la semana que viene -mentira, seguro que lo acabo comprando online- y que no pasa nada.

Analicemos la frase "que no nos ha avisado". Señores, que "El anillo único" no es un Donjon -por indie-, un Dogfight -por el odio declarado de ésta tienda a Ludotecnia- ni un jueguillo de cartas cualquiera. Es un juego importante con miles de potenciales compradores y que pueden suponerle al vendedor un pico agradable. El pescatero no espera a que le llamen del puerto para ir y olisquear que se cuece. El frutero no espera sentado a que las peras entren -retozonas ellas- dando saltitos por la puerta. No.

Si vendes un genero, el que sea, tienes que olisquear el ambiente, saber que se cuece, estar al tanto, vamos. Cualquier otra postura ante tu producto es horrendamente no profesional. 

Un click tío, UN SOLO CLICK.  Si en lugar de pasar el rato el caballero se hubiera dedicado a hacer su trabajo, me habría ahorrado el viaje (al igual que muchos, me temo) y él hubiera cosechado una buena venta (45 euros son euros). 

Para echarse a llorar, señores. Para echarse a llorar. ¿No creéis?