Muy buenas de nuevo, sectarios. Hoy, para variar, no vengo a daros el coñazo con alguna reseña o vivencia rolera, si no con una pequeña reflexión surgida a raíz de un pequeño experimento que estoy llevando a cabo a título personal.
Uyyy, ¿para que estoy creando ésto? ¿qué demonios es? bahh, da igual... |
El experimento en si es un sistema de juego sin dados, pensado sobre todo para una cosilla que tengo en mente de cara a dirigir partidas online. El sistema, que a priori no voy a detallar, hasta no tenerla 100% desarrollada, está dirigido a dejar todo el peso de las acciones en los valores de características que tengan los PJ, sin dar mucho margen al azar. El combate, al que tengo pensado darle bastante peso, tendría una importantísima vertiente táctica, obviando de nuevo el azar en beneficio de una configuración óptima del personaje y de tomar las decisiones correctas a lo largo del enfrentamiento para derrotar a nuestros enemigos antes de resultar excesivamente dañados, o muertos.
Si bien en su momento pretendo llevar a cabo una beta "pública" para recaudar opiniones, en estas fases iniciales del proyecto es donde me asalta la GRAN duda. ¿A los jugadores habituales les gustará la vertiente táctica del título? A ver si nos entendemos. Yo soy un amante del combate en los jdr, me gustan los juegos con mucho equipo, con muchas posibilidades, con muchas armas, etc., y creo que las tiradas de azar, ese componente aleatorio que baña con su magia toda acción, es parte indispensable del mismo. Por otro lado, opino que las tiradas de dado en un combate, sumar modificadores, volver a tirar dados para el daño, restar la armadura, volver a calcular..., pueden resultar hasta cierto punto tediosas y complicadas (especialmente si estamos jugando a través de internet).
¿el futuro, pasado y presente del rol está inexorablemente unido al de los dados? |
Otro punto negativo es qué, con los sistemas de combate con dados, el azar puede ser cruel con el jugador preparado, privándole de la victoria una pifia o un crítico del contrario. Ok, esto es parte del encanto, sin duda, pero puede resultar molesto. Dentro de la misma cara de la tiranía de lo aleatorio nos encontramos con el papel que desempeñan los PJ con poco potencial dentro de un combate. Tu campesino que maneja su lanza corta al 23% lo tiene pero que bien jodido contra el soldado raso que se acaba de encontrar que blande una espada ancha al 40%. Pero muy jodido. Sin embargo, en un juego con un cariz más táctico, la victoria está al alcance de aquel que sepa adaptar mejor la situación a su favor y hacer un uso más acertado de sus habilidades. Es probable que nuestro campesino todavía lo tenga difícil, al ser más débil, pero si se organiza efectivamente, puede llegar a derrotar a su malcarado oponente.
Bueno, y ahora el problemón que le veo al combate en un juego sin tiradas de dados en el que abunde el combate: que se convierta en un tedioso intercambio de ataco, recibo daño, ataco, recibo daño, en una carrera contra reloj en la que el que más daño sea capaz de causar por asalto, o menos reciba, tanto da, será el pírrico vencedor.
¿La solución a ésto? Pues en mi humilde opinión, que es la que pienso aplicar, que existan innumerables opciones al servicio del PJ cuando le llegue su turno. Con todo, sigo pensando que - hasta cierto punto - es inevitable que muchos combates acaben convirtiéndose en el monótono intercambio de golpes de rigor, pero un amplio abanico de posibilidades a la hora de decidir que hacer puede minimizar éstas situaciones. Siempre nos quedará el jugador con 200 puntos en pegar con la misma maza desde hace 2 años, cuya máxima táctica será la de machaco, recibo daño, machaco, recibo daño, pero éste es otro problema que requiere una solución totalmente distinta (lobotomía???).
Atacooooooo co co con miiiiiiii hachhhhaaaaghha +20... |
Ahora os estaréis preguntando: "¿si el choni éste tiene las cosas tan medianamente claras? ¿para que cojones nos incordia con sus mañaneras disquisiciones un sábado?". Lo primero, porque me consta que, de vez en cuando, se pasean por éste blog compañeros con un profundo conocimiento de lo divino y lo humano, cuyas opiniones estaría más que interesado en escuchar. Lo segundo, y más importante, porque no acabo de decidirme por el formato del juego. Así de simple.
¿Qué opináis? ¿Un juego de rol de libro al uso, papel, lápiz e imaginación? ¿o un juego sin DJ en el que los jugadores se enfrenten a un mazo configurado según las particularidades de la partida en cuestión? Son estas dudas las que me quitan el sueño, literalmente, y no me dejan avanzar tan rápido cómo a mí me gustaría.
Recurro a vosotros, oh sectarios, en busca de sabiduría y consejos. Luego me los pasaré por el forro de los dados, claro, pero siempre es agradable teorizar sobre el rol, ya que no jugamos.
Salud y buenos sacrificios.