miércoles, 16 de noviembre de 2011

De Madrid al cielo (con escala en los Edge Days)

Bueno, tras el obligado día de descanso dedicado a poner mis cosas en orden procedo a ofreceros mi personal e intransferible experiencia en la capital, incluido mi paso (sesgado) por los Edge Days. Pero empecemos pos el principio de lo que podríamos llamar un roadtrip rolero.

Nuestra historia de valor, sacrificio y ludismo (sin el "pa" por delante no mola tanto...) comienza el sábado bien temprano con la recogida del señor Tellaetxe (aka el Mourinho del rol XD XD XD) en su batcueva, sede de la salerosa editorial Ludotecnia, sita en la bella costa vasca. A partir de ahí nos esperan 4 horas de carretera, conversación y café, mucho café (¿por qué en las españas le llaman café largo cuando quieren decir corto?). No revelaré, salvo que "Hola!" o "Salsa sosa" me ofrezcan muchos millones, de lo que se habló en el interior de mi nave espacial (vale, un Seat Córdoba azul del 99...), pero cabe reseñar que a los dos nos gusta cascar mucho y que conocemos (sobre todo Jose) el lado oscuro del mundillo. Jugosa conversación, si señor.

Mi pase VIP para la ocasión (very inutil people)

Ya en Madrid, una rápida parada en casa del señor Avatar nos permitió descargar equipaje, aterrizar la nave y -tras la cortesía que requería el momento- dirigirnos rápidamente hacia el Parque de atracciones, donde ya nos esperaba Jon Nieve, siempre vigilando desde las alturas...

Fachada del edificio principal que albergaba los Edge Days

Así, con el medio día acechando tras cada esquina, y con el equipo de asalto ya completo, procedimos a tomar el recinto armados con nuestras tarjetas VIP, cortesía de Edge. Insensatos, íbamos a  utilizar su buena fe para inmovilizar y secuestrar a los 4 gatos que suelen apuntarse a estas cosas, con la clara intención de convertirlos en grupies de Ludotecnia. Tenemos nuestro corazoncito (negro y raquítico) y también queremos de eso... cual es nuestra sorpresa cuando, tras acceder a las instalaciones, comprobamos que gatos si que hay unos pocos, pero los frikis se cuentan por cientos. Cientos, señores. Armados con nuestras camisetas de camuflaje friki (un abrazote al único miembro del staff de Edge que reconoció la mía) decidimos llevar a cabo un apresurado reconocimiento del terreno, antes de retirarnos con el rabo -el nuestro- entre las piernas.

A la mañana...

Y que decir de la asistencia a los Edge Days que no se haya dicho ya... todo un éxito. La mayoría de las mesas estaban llenas, a excepción de algunas de "Munchkin" y "Trogloditargh", de gente jugando, asistiendo a demostraciones y compitiendo en torneos de índole nacional. Una pasada. Los juegos de cartas y de tablero -buque insignia de Edge- eran los más concurridos, aunque el rol también tenía su sitio, primando sobre todo las presentaciones de la nueva edición de "Warhammer Jdr" y de "La llamada de Cthulhu". Vimos mucha gente interesante -algunos de ellos infiltrados de otras editoriales del mundillo- y, con tanto ajetreo, la llamada de la selva no tardó en llevarnos de la mano hasta el buffet libre más próximo. Los 4 compartimos mesa con Chuky (de la Base Secreta) y pudimos compartir una agradable y didáctica charla acerca del propio evento, las luces y sombras del mundo editorial (rolero) y las fallas valencianas. Sin desperdicio.

A la tarde...

Tras una larga sobremesa (nos falló el cálculo del horario y yo me deje el "Tardis" en casa) nos acercamos a arrebañar los últimos coletazos de una jornada sin desperdicio ninguno. Avatar, Jon Nieve y yo llegamos a tiempo de que nos hicieran una somera presentación de la nueva edición de "Warhammer Jdr". Nos empapamos del sistema, de los dados (muchooooooos dados) y, sobre todo, de que a pesar de ser un extraño híbrido entre un juego de mesa -me recordó muchísimo al Descent- y un Jdr, permite un gran componente narrativo.

¿Dados, quien dijo dados?

Sip, es caro. Pero son taaaaaaantaaaaaaaas cosas........

Ya de retirada, y tras despedirnos de Tellaetxe y de Jon N., nos dirigimos al cubil de Avatar donde, junto con una magnífica cena perpetrada magistralmente por Mavi, nos esperaba una partida a "Las mansiones de la locura". Llevaba todo el día remarcando las excelencias del juego, por lo que no me podía permitir defraudar a mi publico, y la verdad es que la sesión resultó muy entretenida. Pasó lo que ha de pasar en todos los juego ambientados en los mitos de Lovecraft: los jugadores salieron vivos -pero incompletos- del trance sin saber muy bien que pasaba ni de donde les venían los "tiros". Muy lúdico.

De izquierda a derecha: El editor fracasado, el autor despechado y el reglamentador vago. Solo falta en la foto el friki al que le han publicado un libro. Guiño, guiño, codazo, codazo. Que sutil que soy, por dios!!!!

El día siguiente (domingo) lo dediqué a charlar con mi anfitrión y su jefa, disfrutar de su excelente hospitalidad, vaciar su despensa, hacer migas con su perro y planificar la conquista del mercado editorial rolero español mediante una sucesión de planes cada cual más alocado y tergiversado. Temblad. Tras la cena (si, comer forma parte indispensable de todo proceso de socialización) nos esperaba una partida al juego de mesa "Battlestar Galactica". Aunque he visto la serie en un par de ocasiones, no conocía nada del juego en sí, y la verdad es que no esperaba mucho del mismo. Sin embargo, y a pesar de que el conjunto de reglas se expresa de forma un tanto enrevesada, pronto estábamos sumergidos en las entrañas de Galactica luchando por la supervivencia de la especie humana mientras nos mirábamos suspicaces unos a otros en busca del Cylon que nos acechaba. Tensión, gestión de recursos, combate y dispositivos nucleares. El juego lo tiene todo.

Partida en curso de Battlestar Galactica. Al tablero se le podría llamar también potro de tortura... Por Crom!!! Que tensión!

Al día siguiente, y habiendo consumido una segunda jornada de onanismo y juego, solo me quedaba agradecer a mis anfitriones su paciencia, recoger el campamento y afrontar el viaje de casi 4 horas hasta mi amada morada.  Definiré la vuelta con una sola palabra: ABURRIDAAAAAAAAAAAAAAA. Éramos tan solo la carretera, mi bala azul con ruedas y yo. Con lo que me gusta hablar...

El balance general no podría se más positivo. He vuelto a ver a buenos amigos, he conocido gente interesante y he probado jugosas novedades (y no tan novedades) a las que de otra forma no me habría acercado. ¿El año que viene? Más y mejor, espero. 

5 comentarios:

  1. A ver si el año que viene (seguramente, espero, antes) nos vemos también ;) Qué cabrones los de Ludotecnia con pases VIP y todo :P

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  2. Jodo qué tres patas pa' un banco... Y la cárcel vacía.

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  3. JAJAJAJAJAJ

    La verdad es que me lo pasé en grande. Un placer tenerte en mi morada, Alberto. Cmo nos dejen más de un fin de semana, conquistamos el mundo (rolero) XD XD

    Maestro, ya sabes dónde encontrarnos ;)

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  4. @Avatar: Como nos tiremos más de un fin de semana te voy a tener que pagar el alquiler de un mes, jodido.

    @Abe: no me los cogieron en el trullo... saca conclusiones.

    @Maestro: esta vez no ha podido ser... pero espero que hasta la proxima no pase un año! ;)

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  5. Reglamentador vago, reglamentador vago...muy bonito majete. Ya reseñaré con maldad y mala leche tus próximos libros y hasta alguno antiguo XD

    Un placer compartir día contigo, ya sabes ;)

    F&H

    PD: Abe, tenía permiso de fin de semana XD

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